Impertérrerita


Impertérrita

Sin duda mi parte favorita de ti, es lo inalterable que has demostrado ser durante todo este tiempo, siendo siempre la misma desde el primer día en que nos conocimos. Era mi primera visita a aquel parque, tras una larga y aburrida caminata opté por sentarme y esperar que el azar trajera algo interesante a mi vida, y me atrevo a decir que obtuve más de lo que buscaba, cuando fijé mis ojos en ti. Creo que sabías que te observaba, pero probablemente ese grupo de infantes jugando y gritando a tu lado tenían tu atención en ese instante, ese instante eterno en el que lo único que por mi mente se paseaba era la exactitud con la que tu creador había seguido los cánones de belleza del ser humano. Inmutable, parecías y pareces ser inmutable en un mundo lleno de caos, cambios y desastre en cada dirección que se observe.

Mi mente conserva en perfecto estado las sensaciones que la inundaron cuando me puse de pie y caminé hacia ti, y cómo el silencio que siempre mantuviste acabó por dejarme sordo. Aunque debo admitir, que también adoro eso, adoro que seas capaz de soportarme hablar por horas y horas, que escuches mis quejas sin fundamentos y mis reproches al mundo entero. Me fascina que el único cambio perceptible en todo tu ser, sea la erosionada piel de mármol que te caracteriza, no hay más huellas del paso del tiempo en ti, aún después de tantas lunas de haber sido esculpida, la precisión con la que llegaste al mundo permanece allí.

Muchas de las personas que nos han visto juntos, tienden a extrañarse al verme hablando contigo, y a día de hoy trato de descubrir el por qué de esta actitud. ¿Acaso creen que no soy suficiente para alguien como tú? ¿O es que simplemente no entienden el intrincado lazo que me une a ti, y me mantiene convencido de que lo correcto es justo lo que siento? ¿Existe o existirá algo capaz de persuadirles? ¿Y algo o alguien capaz de persuadirme? Si te soy honesto, no lo creo, no creo que haya nada ni nadie con ese don.

Y a pesar de todo esto, quisiera que tus ojos me vieran como yo te veo. Quisiera que tu rostro se sonrojase cuando te digo todas estas cosas. Quisiera que me dijeras todo o más de lo que yo te he dicho. Quisiera sentir el frío de tus dedos entrelazados con los míos. Quisiera poder dar largas caminatas junto a ti. Quisiera que fueses, más humana, que fueses humana. Me temo que no sé qué es lo que siento por ti, pero a veces me gusta creer que sí, y aún más seguido me gusta imaginar que si tuvieras la oportunidad, verías lo que veo en ti.

- ¡!

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